viernes, 25 de abril de 2014

Hambre. Miedo. Abandono.

Desde que recuerdo, cuando tenía 13 años y dejaba de comer, no me sufría por comida, no sentía el hambre insaciable, hasta se me hacía fácil dejar de comer. No mentiré, me rugía el estomago, pero definitivamente era algo tolerable y no me hacía pasar un mal rato. Sería mi obesidad era tanta que se comenzaba el estado de cetoacidosis que me permitía seguir como si nada (Insisto si sentía pero no sufría).

Ayer fue la primera vez que sufrí, EN VERDAD SUFRÍ POR HAMBRE. Mi peristaltismo no se detenía con nada, bebía agua, leía, iba al refrigerador a ver la comida y escuchaba "no, no...".

Después de su comentario, todo fue peor. Me senté a la mesa después de tantos llamados y comencé a comer. Primero solo pensé en comer un plato de nopales y ya, tal vez así terminaría mi malestar.
Su cara fue de tranquilidad...
-¿Qué mas vas a comer?
No supe que hacer, le mostré mi plato casi lleno  y tomé un itacate del colador. Y me dijo sonriente, que la comida estaba deliciosa.
Entre en pánico y sentí mucha ansiedad. Comencé a comer tan rápido como me era posible. (Me la había pasado picando cosas porque sabía que tenía que llenar mi estomago).
No me dejaba de ver, luego se sintió seguro y se fue. Yo sentía tanto dolor que me serví otro plato de nopales y comí queso. Queso, yo amaba el queso. Y para finalizar, tomé una gelatina del refrigerador y me puse frente a todos para que me la vieran comer, y dejaran de lado ya, sus preocupaciones.

Yo creí que no había nada peor que mi malestar por el ayuno que jamás había sentido. Pero me equivoque. Comparado con lo que antes solía comer, esta "poca" comida no era nada. Era si acaso, una tercera parte de mis antiguas porciones, pero oh, esta vez fue tanto que al primer bocado de gelatina sentí como la comida quería regresarse. Mi estomago hacía movimientos violentos y yo quería llorar. Jamás, y digo jamás, me había sentido así de mal.
Juro que soy de esas personas que aguantan dolores fuertes, que no se queja de los malestares y no llora por un dolor. Pero esto, era una tortura. TORTURA, TORTURA, TORTURA.

Me estaba comiendo la gelatina con las manos, y no sé como logré acabarla pero lo hice y salí corriendo. Me excuse diciendo que tenía mucho calor y que necesitaba una ducha. Me quité la ropa como pude y entre al baño solo a inclinarme al inodoro y vomitar. Vomité tanto y tanto más. Me metí a la ducha y seguí vomitando, lo ponía en una cubeta para no saturar el drenaje del suelo. Me dolía la garganta como si estuviera enferma y sentía ácido en la nariz.

Me di cuenta entonces, que si estaba mal no comer, estaba mucho peor hacerlo.

Al salir de la ducha traté de leer. Me sentía con fiebre, débil y soñolienta. Caía en siestas involuntarias en mi cama mientras trataba de avanzar el marco teórico, pero me parecía imposible. Seguí con nauseas y vomitaba, pero ya no salía nada. Ya no me importó si me escuchaban o no.

Por un momento desee que lo hicieran y terminaran conmigo. Que me mandaran a un internado (si, es mucho pedir, pero no puedo seguir comiendo, me da asco masticar, me da asco ver la comida, me doy asco yo...), que me dijeran que lo sabía, que me habías descubierto, lo que fuera, incluso que me golpearan, pero ya no quería seguir con esto. Pero nadie escuchó, nadie vino a rescatarme de mi misma. Y salí del baño más tranquila, pero más triste.

Me sentí con ganas de contarlo y gritar ayuda pero la única persona que me contestó no tenía tiempo. Pero no es su culpa. Es mía, yo debo cuidarme. Yo puedo.

Pasé la peor noche de mi vida, con insomnio hasta las 3am cuando me fui decidida a acostarme a ese ruidoso sillón a las 1am. Admito que intenté hacer ejercicio, pero escuchaba tantos ruidos, tantos ruidos, tantos ruidos... Me quería morir. Levanté la mesa he hice abdominales, luego se apoderó el miedo de mi, de que podrían descubrirme si alguien se levantaba (que deseaba que alguien lo hiciera, pero no iba a pasar. A las 2 de la mañana, todos duermen y están felices y tranquilos), y me levante del suelo y puse todo en su lugar. Escuché las voces, vi sombras, y tape mis pensamientos con música. Y nada funcionaba. Hasta que caí dormida y luego vi la sombra hablándome. La ignoré por miedo y traté de seguir durmiendo, hasta las 8:30am cuando me levanté a trabajar.

El mundo siguió su curso y yo con él. Yo quería morir a segur comiendo pero no sucedió. Y a la tarde me encerré, me corte una, dos, tres, cuatro, y no sé cuantas más veces. Arrojé el bisturí lejos. Lo encontré y me seguí cortando. Quería seguir haciéndolo. Luego lo busqué. No a él. Si no a él. Y hablamos de todo y de nada. Le dije cómo me sentía, y casi cuento todo lo que me sucede, pero no lo hice. Si lo hago, tendré que comer y ser feliz mientras lo hago. Yo ya no quiero comer. Ya no quiero sentirme mal.

"Sabes yo no quiero ser suficiente si fuera suficiente me terminaría por aburrir"
*Prescribed Puke Girl*

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